domingo, 31 de julio de 2011

El amor de mi vida, Rosa Montero


..."en los libros, ah, eso sí: en los libros sí creo. En el susurro embriagador de las buenas novelas. En las historias que parecen estar escritas para mí.

              Porque, cuando nos gusta un libro, siempre nos parece que sus páginas nos hablan directamente al corazón, que sus palabras son nuestras y sólo nuestras. Y en alguna medida es cierto que es así, porque al leer completamos la obra, la interpretamos, la enriquecemos con nuestra necesidad y nuestra pasión. No hay lecturas iguales. Ahora bien: aunque la experiencia de la lectura sea única, lo cierto es que gracias a los libros nos hermanamos."


Palabras   previas del libro de Rosa Montero "El amor de mi vida" dedicado: Para la gran hermandad mundial de amantes de los libros.

Aún no lo he terminado de leer, pero con esas palabras previas me ha atrapado.

viernes, 29 de julio de 2011

Anna karénina, León Tolstói



Anna Karénina,  fue publicada por primera vez en 1877.
Es una  novela que ahonda en diversos temas, desde una perspectiva psicológica y un punto de vista muy humano, donde las descripciones con las que caracteriza a cada personaje, el prodigioso uso del lenguaje, y la universalidad de los temas planteados (los problemas de conciencia, el concepto de lo que está bien y lo que no, la preocupación por la dignidad personal y social, los celos, la hipocresía, la culpabilidad...) hacen que siga siendo una novela muy actual.  Aunque no se lea con la perpectiva de la época en que fue escrita,  logra meterse con profundidad en la piel de cada personaje, mostrando las dudas existenciales, la inseguridad de la mujer  en una sociedad en dónde la única salida era el matrimonio, y como es rechazada si  osa romper con las  las convenciones sociales establecidas.
Aunque buena parte de la novela se centra en la relación entre  Anna y su amante  Vronski, lo cierto es que  Levin es el personaje central de la novela y a través de sus cavilaciones y su vida  nos hace llegar todo aquello, de lo que realmente quiere hablarnos  el autor. Sus preguntas y su desesperación son mostradas por Tolstói con crudeza, no hay juicios sobre casi ninguno de los personajes, a los que muestra con sus debilidades y carencias.
La imposibilidad de alcanzar los sueños, ya sea en forma de felicidad  o  estabilidad planea sobre toda la novela. Tolstói quiere mostrar que  la lucha del ser humano por conseguir la estabilidad está perdida de antemano. El dolor y la despreocupación parecen ser los motores de unas vidas sin  sentido. Y, sin embargo, los esfuerzos de Levin por comprender su lugar en el mundo o la desesperación de Anna por alcanzar la felicidad se nos antojan mucho más meritorios, a pesar de ser fallidos. 
Tal vez por eso no arriesgo demasidado al decir que  leer  Anna Karénina nos hace mejores: el libro confirma nuestra necesidad de cuestionarlo todo, nuestra constante lucha con nosotros mismos por comprender cuál es nuestro sitio, qué hacemos aquí: las certezas son casi siempre cuestionables y fruto de la obstinación, la mentira o el empecinamiento, mientras que la duda nos hace más humanos.


"Antes ella era desdichada, pero  se sentía orgullosa y tranquila. Y ahora, ha perdido eso; no puede tener ya orgullo ni calma, aunque se esfuerce en aparentarlo. Hay que terminar con esta situación, se dijo"

lunes, 18 de julio de 2011

Abrazo arbolífero

Bajo ese árbol se encontraban cada tarde. No eran más que unos adolescentes que imaginaban cómo serían sus vidas. Ella quería ser  funambulista, él sería trovador. Marcaron en el tronco  sus iniciales unidas por una flecha que atravesaba un corazón.
Pasaron los años, dejaron de verse bajo el árbol. Decidieron darse un tiempo. Olvidaron sus promesas, se olvidaron de ellos mismos y del árbol que tanto le gustaba escucharlos. Pero él no los olvidó y con ese abrazo de sus ramas les recuerda  que existieron aquellos días, mientras cicatriza, el  corazón incrustado en su tronco.

lunes, 11 de julio de 2011

En la ventana


             Todas las mañanas a eso de las nueve está en el mismo sitio, mira por la ventana, espera la llegada de alguien que le hable, que le cuente cómo pasó el fin de semana, que le diga en qué día de la semana y del mes está.
Le preguntará qué necesita hoy,  mientras la ayuda a ducharse, le toma la tensión arterial y los niveles de glucosa. Ella le pedirá que vaya al super y le traiga leche y yogur, algo de fruta de temporada ( cerezas, sandía y melocotones). Que cuando vuelva limpie un poco la cocina y el baño y le cambie las sábanas a la cama y si le da tiempo le dé un “fregaillo” a la casa. Ella le ayudará en lo que sus  piernas le permitan, limpiará el polvo y colocará todo justo en el mismo sitio, pasará el trapo con mucho cariño sobre el portarretratos de sus hijos, que apenas tienen tiempo de visitarla.
 Repasarán el estado del pastillero y si falta algún medicamento, si necesita llegarse a la farmacia a recoger los pañales. También  prepararán la comida, una sopa del puchero,  una bersa, o una ensaladilla malagueña y de postre para la cena: natillas o arroz con leche.
Hablaran  mientras van haciendo las tareas, hasta que llegue la hora de que se tenga que marchar hasta el día siguiente. Y ella se quedará allí dentro, en su casa, un segundo piso sin ascensor que ya no le permite salir, deambulará por las habitaciones arrastrando sus recuerdos,  se sentará en su sillón, mirará la tele que ya casi no ve ni escucha. Vivirá como suyas las penas de la protagonista de la telenovela,  verá a Juan y Medio y el Diario de Patricia si aún lo emiten y se sorprenderá con lo que la gente es capaz de decir y hacer cuando van a la tele.
A la mañana siguiente volverá a asomarse a esa misma ventana, y mirará a la gente que pasa por la calle apresurada, sabiendo que pronto,  por unas horas dejará de estar sola.

(A mis compañeras y compañeros del curso de "Atención sociosanitaria a personas en  el domicilio"  y a nuestras profesoras, para que pronto tengamos trabajo y alguna abuela nos espere  con las mismas ganas que ésta espera a su axiliar)