martes, 16 de agosto de 2011

El Real de la feria (de noche)








Había una vez un burro de feria que soñaba con ser caballo. Cuando los niños subían a su lomo para hacerse las fotos, movía las orejas y la cola. Un día pasó un mago y le concedió el deseo. Del conjuro surgió lo que es hoy, un mestizo entre  dálmata y Rocinante. Eso sí,  le dijo el mago que viviría por muchos años, con la única condición de estar siempre quieto.

9 comentarios:

  1. Jejeje, ¡que bueno, Loli!

    El pobre no tenía culpa ninguna de la pobreza creativa del mago.

    Un abrazo.

    (deberías habernos colgado una foto contigo galopándolo y no así, que parece que ni los niños miran para él.)

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  2. Está claro, hay que tener cuidado con lo que se desea. :)

    Besines loliwapa.

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  3. Ay, pobre burrito. Qué pena me dio, jaja.

    Muchos besos, guapa.

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  4. Estoy con María, hay que tener cuidado con los deseos, que a veces se hacen realidad. Mañana, cuando vaya al Real, acariciaré su lomo y le susurraré algo al oído. Ahora conozco su historia.

    Besitos y hasta mañana en el Plaza.

    Isa

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  5. ¡Pobrecito! como me lo han dejado, entre una cosa y otra, jajaja

    Besitos a montones.

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  6. Jeje Loli, lo que no dijo el brujo es que quien montara en él perdería las piernas, e iría marcha atrás. ¿Cuándo trabajáis en Málaga?

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  7. Yo creo que el burro en el fondo es feliz, muy quietecito pero dándoles una alegría a los niños.
    Menos mal que has colocado estas fotos, sino no veo la feria este año, porque al ritmo que vamos no veo intenciones en esta casa de ir ni un ratito.
    Besos Mª Paz

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  8. Cuidadito con lo se desea que...

    Besotes

    Miguel

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