lunes, 13 de septiembre de 2010

Poste restante


Hola Martín: Aquí estoy en la terraza, sola, frente a la costa. No hay viento, el mar está quieto. Una confesión: la soledad ha dejado de herirme. Mejor aún: me permite revisar, casi diría descifrar, mi pasado sin gracia. En un platillo de la balanza coloco mis odios; en el otro, mis amores. Y he llegado a la conclusión de que las cicatrices enseñan; las caricias, también.

Poste restante, Mario Benedetti

7 comentarios:

  1. Me gusta mucho Benedetti, y la portada de tu ejemplar de Buzón de tiempo es "mu chula".

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  2. Gracias por tu comentario, la respuesta a la pregunta que me haces, es una de las puertas a la Alhambra de Granada.

    saludos

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  3. Con Benedetti es imposible sentirse sola.

    Un abrazo

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  4. Benedetti, claro como el agua, me llega y que bien has elegido la piedra, Loli, parece una sodalita, azul veteado de blanco.
    La sodalita une la lógica con la intuición. Infunde un deseo de verdad y un impulso idealista, posibilitando que seas fiel a ti mismo y defiendas tus creencias.

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  5. Por supuesto que las cicatrices enseñan. Nos muestran una lección que dificilmente se olvida nunca, aunque la cicatriz ya no sea visible.

    Besotes

    Miguel

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  6. Gracias Inma, Paco, Nalda es verdad con Benedetti es imposible sentirse sola, y con vosotros también.

    Ely me encanta tus conocimientos sobre las piedras su significado, sus nombres no dejes de contarme lo que sabes, de compartirlo con esa sensibilidad tan especial tan tuya.... muchos besos

    Miguel, las cicatrices y las caricias, no lo olvides...

    Abrazos apretujaos a los que pasáis por aquí

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  7. Buenas, claro, las cicatrices enseñan, las caricias tambien, los silencios. Benedetti un genio.

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