Hace mucho tiempo que quiero hacer una entrada sobre esta librería con encanto, Lafer que está en la calle Amadeo Vives, una trasversal de Héroe de Sostoa con Ayala, cerca de Vialia.
En ella aún queda un ejemplar de nuestro libro "Cuándo vivíamos aquí", entre ese montón de novedades editoriales, periódicos y revistas.
Esta librería está llena de rincones con libros que son auténticas joyas, dónde la cultura emana de las paredes, dónde siempre hay un momento especial para hablar de libros, de la actualidad, de la vida en ese espacio atrapado en el tiempo.
Dice Inma que el primer libro se lo vendió en 1973, a Lolichi, desde entonces ha sido una de sus mejores clientas, tiene una foto enmarcada de ella, en ese rinconcito lleno de luz, no lejos del teléfono rojo de pared.
A veces le pedimos libros que no tiene, pero que procura traer lo antes posible, en esta librería funciona el boca a boca y cuando un libro gusta se vende.
A veces funciona como una farmacia para el alma, con sus libros de autoayuda, o su espacio para hablar mientras compras una revista, el periódico o un libro.
Hoy hablábamos de las palabras que ya no usamos apenas, como "bascosa" si era con b o con v, de "avío" de como puede tener varios significados, comprar los avíos pal puchero, o para hacer el avío, en otras ocasiones, pero que nos choca verlas escritas.
Palabras y costumbres que se van perdiendo, como la de conversar por el simple gusto de hacerlo, tocar y ojear los libros, olerlos, sentirlos entre las manos.
Anaqueles llenos de libros, enciclopedias que ya no miramos y como en el artículo que enlazo abajo nos fiamos de las inexactitudes que encontramos en las enciclopedias de Internet.
Librería y propia de ser revisada por la mirada y la pluma de Jesús Marchamalo en alguno de su libros Tienda de palabras o Tocar los libros.
Segura protagonista del artículo en la Opinión de Málaga, de Guillermo Busutil, Los Nautilios de los libros, de dónde copié este fragmento:
Hoy día el saber no importa ni conlleva mérito alguno. La lectura sigue rodando por la pendiente de la incultura y la adición a la imagen, a la moda de la virtualidad que desprecia el olor de las cosas, el roce de la piel, la conversación cara a cara. Y el libro impreso se defiende, como un escéptico y ajado capitán Alatriste, del afilado y templado acero con el que lo acosa la temible espada de lo digital. Con este panorama, al que sumarle el cierre de las librerías tradicionales frente al empuje de los supermercados, poco futuro le queda por soplar a las bibliotecas públicas. Ni siquiera cuando en este tiempo de economía de supervivencia la lectura es un refugio contra la tristeza y la incertidumbre, el antídoto más eficaz contra la idiotización y mediocridad que se han convertido en valiosas actitudes del panal social.
Si queréis leer más sobre ese estupendo artículo os dejo el enlace:
http://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2011/11/06/nautilios-libro/462104.html
Felicidades a la Biblioteca Nacional, por su trescientos cumpleaños, eperamos que sean muchísimos más al igual que deseamos larga vida para las pequeñas librerías y sus libreros.
¡Que bonito, Loli! ¡Que envidia sana me has dado! En cuanto logre ir por Malaga te pediré que me lleves.
ResponderEliminarPor aquí casi nos estábamos quedando sin librerías así, de libreros. Hace un año un matrimonio de valientes abrió una cerca de casa y es allí donde cojo todos mis libros -los que me quedo y los que regalo-. Tiene un encanto especial, y mis libreros son extraordinarios. Ayer cumplieron un año. Igual me pienso en hacerles un post de regalo.
Insisto, me ha gustado mucho tu entrada. Ya tengo dos visitas pendientes contigo en Malaga.
Un abrazo.
Pedro, a ver la próxima convención de la Terraza la hacemos por aquí, o una extra.
ResponderEliminarA J. Ariza y Sra. casi que los acansiné cuando vinieron, quería enseñarles todos los rincones más peculiares y con más duende que pude.
Abrazos
Yo me apunto a la idea de Pedro, me tienes que llevar. Aquí no quedan casi ninguna. Es una pena disfrutaba cuando iba a ellas porque siempre me aconsejaban como lectores no solo por vender.
ResponderEliminarBesitos
Yo echo en falta alguna librería en mi barrio. Nunca ha habido ninguna. El día de nuestro encuentro con el club de lectura de María Zambrano, me apunto a una excursión a Lafer, sin duda. ¿Qué te parece?
ResponderEliminarBesitos
Isa
Buenasss.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el artículo, post, etc, lo que sea.
Yo estuve la semana pasada en dos librerías potentes, aunque de barrio dentro de lo que cabe, quizá con menos solera que LAFER porque son de los años ochenta y siglo XXI respectivamente. Y me gusta esto de ir escribiendo sobre libreras, libreros y librerías. Creo que también subiré algo al blog sobre estas librerías, pero poco a poco que ni siquiera tengo fotos todavía.
Pero dejo aquí los enlaces a esas librerías por si les cogen a alguno cerca, saludos:
http://www.altazor.es/Altazor.html
http://www.alianagastronomia.com/
http://es.qdq.com/915057-sw/
(LA BARRACA)
Por cierto, este enlace acerca de librerías comprometidas está muy bien, quizás conocéis alguna:
http://www.pepe-rodriguez.com/Editoriales/Librerias_fav_es.htm
Librerías de esas quedan pocas y hay que promocionarlas y mimarlas . Un abrazo
ResponderEliminarLolimapmálaga. Gracias por el relato. ¿Para cuándo tu libro de cuentos en esa librería?
ResponderEliminarEsta misma mañana le he estado comentando a Inma que montones de veces he fantaseado con la idea de que me toca la lotería y voy para preguntarle que cuanto quiere por el traspaso. Me encantaría quedarme con esa librería. Solo te ha faltado una foto: La del mosaico que tiene encima de la puerta de la entrada que dice "La lectura os hará libres" por lo demás el reportaje está genial. Besos
ResponderEliminarMª Paz
Loli Pérez, comparto la opinión de mis compañeros virtuales. ¿para cuando una visita a la libreria?
ResponderEliminarDe todas formas,la próxima vez que nos veamos nos tenemos que acercar a echar un vistazo, que yo soy ratón de librerias.
Besotessssssss
Miguel
Hola Loli, coincido con todos, este tipo de librerías están extinguiéndose a pasos agigantados, absorbidas por los monstruos comerciales y sus megas fauces de estanterías con mil libros del mismo título. En mi ciudad, quedan un par de ellas, más pequeñas que la que presentas en el post. Dudo que sobrevivan a la crisis, porque siempre que voy estamos los mismos, y últimamente menos.
ResponderEliminarJa,ja, es uno de mis sueños .... tener alguna vez mi pequeña librería con encanto. Pero no corren buenos tiempos para este tipo de ensoñaciones.
Me ha encantado tu post. Apunto en mi agenda para mi próxima visita a Málaga.
Un abrazo.
¡¡ Algún dia....quisiera tener una libreria de éste estilo !! Me encanta entrar y hojear sus libros, como bien dice tocarlos, olerlos.......
ResponderEliminarNo conozco ésta en concreto, gracias por la información, la visitaré.
Un cordial saludo.
Es el tipo de lugar, mágico, encantador, donde quieres pasarte un día entero!!!!!
ResponderEliminarSaludos!!!!!
Algún día será...
la foto de Frida en la pared, el cúmulo con aspecto de desorden. Es un cuento
ResponderEliminarAndrea
Hermosa librería
ResponderEliminarLoli acabo de leer tu reseña sobre esta librería, a la que yo llamo "mi librería". Es un espacio mágico en el que se suspende el tiempo y no se pierde nunca. Inma es mi librera, la facilitadora de palabras, a la que tengo que agradecer su dedicación y devoción por la letras que no ha abandonado aunque lo digital golpee fuerte. Pero pienso que, al igual que los discos de vinilo, volverá el papel a tener su reconocimiento. Y deseo, que esa librería tan pequeñita, siga siendo el refugio de l@s que nos gusta el tacto y el olor de los libros.
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