jueves, 30 de abril de 2015

WRITING WOMAN: Túnel ciego, por Ana Benítez Ruiz



Túnel ciego


¿Si eso fuese posible?  Cambiar a voluntad  y al instante nuestra forma de ser e incluso nuestro aspecto. Yo no me aburriría de mi misma y de mis pensamientos hasta el hartazgo, cuestionándome  una y otra vez  el sentido de la vida  y el sentido de mi vida, sin encontrarlo.
Podría ser por momentos vital, extrovertida, superficial y alegre con un aspecto juvenil, ligero y despreocupado.  A   ratos  me gustaría ser más intelectual y reflexiva,  y así vivir a través de múltiples  personalidades  con sus correspondientes aspectos  físicos  que me ayudarían a comprender las diversas formas de relacionarme con el mundo y las personas.
 Así evitaría mi particular y sesgada visión que por falta de perspectiva me avoca al suicidio inexorablemente.
 No es lo que me haya ocurrido es como  lo veo con mi visión de túnel, es la claustrofobia intelectual que me gobierna por la dictadura de la educación recibida.

                                                             ©Ana Benítez Ruíz



(Mi relato se basa en la obra de Virginia Wolf.  “La Señora Dalloway” que ha sido llevada al cine en dos ocasiones: la primera en 1997 con ese mismo título y que dirigió Marleen Gorris y la segunda en 2002 con el título “las horas” dirigida por Stephen Daldry.)


martes, 28 de abril de 2015

WRITING WOMAN: Mortaja, por María José Mérida

                                
           MORTAJA
La madre del corazón roto despierta sobresaltada y extiende la mano,  acaricia la piel tan dulce, tan tierna, tan ajena. Mientras, los pasos y los llantos  desgarrados resuenan en las galerías, la vida se escapa  entre el odio y la sinrazón.
El miedo viste las paredes malolientes, el rencor abriga a las guardianas del dolor. Sin embargo, ella es firme, compleja, intensa y apasionada, piensa que no hay castigo más terrible  que el trabajo inútil y sin esperanza.
 Escribe su última carta y arrulla a su niña entonado una nana. Cuando de madrugada, el séquito mortuorio la arranca de su lado, un calambre le sacude el estómago obligándola a apretar los dientes para no emitir el alarido que le ha brotado de las entrañas. 
Manos tiranas aprietan el gatillo con saña, ella está tranquila, calmada piensa para sus adentros que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza.

                                                                              ©María José Mérida



domingo, 26 de abril de 2015

WRITING WOMAN: Aromas Intensos por Mª Carmen Papagni




                                AROMAS INTENSOS

Nunca conociste el verdadero amor. Te habías casado para salvar de la ruina a tu familia y vivías condenada a servir a tu marido; a no sentir, a ser una víctima de la violencia dentro de un ambiente lleno de injusticias, desamor y cobardía.
Sin embargo, encontraste un refugio en las artes culinarias; un placer inigualable en el mundo de las galletas, de las frutas caramelizadas y del maíz impregnado. Todo endulzado con mieles de maguey y pétalos de flores.
Pero un día decidiste enfrentarlo, dejar de ser un objeto de su pertenencia. Fue así que otra tomó el mando de la cocina y a la hora del rezo se repartieron licor y cigarros. Observabas todo sin entender nada. En tu cuarto dejaron solo una cama y algunas mujeres apesadumbradas te vestían y te peinaban con esmero.
Dice la sabiduría huasteca que cuando uno está muerto, no sabe que está muerto. Los demás si lo saben y son ellos los que sufren.


                                               ©María del Carmen Papagni Rodríguez
                         

sábado, 25 de abril de 2015

Little Terror Stories: Deseo por Remedio Ponce Gallego

            DESEO
Sospecho que me he convertido en vampiro, cada vez tengo más síntomas, comienzo a odiar el día y amar la noche; me molestan sobremanera los crucifijos, pero sobre todo tengo este convencimiento desde que apareció el inmenso deseo de morder un cuello, pero no uno cualquiera, sino el largo, rosado, atractivo y presumo que excesivamente suave cuello de Alicia.
         En total oscuridad, desde mi habitación y a través de las rendijas de la persiana la veo llegar cada día al pequeño quiosco en el que vende cupones. Imagino mis dientes hundidos en su cuello, puedo oír su lamento, su quejido de placer al sentirme tan cerca, percibo su olor, aprieto aún más mis labios en su carne, succiono su sangre, tibia, sabrosa.
         Creo que esta tarde, cuando comience a anochecer, tentaré a la suerte.

                                           ©Remedios Ponce Gallego



                   

viernes, 24 de abril de 2015

Little Terror Stories, La inociencia por Ana Benítez Ruiz




 La Inocencia

Miró la flor y fijándose en la dulzura de los ojos de quien se la ofrecía, no dudo en aceptarla y regalar a su vez una sonrisa a ese extraño ser que también sonreía, aunque la mueca que se dibujó en su monstruosa cara, podría interpretarse de otras muchas formas diferentes. La pequeña captaba la esencia, e intuitivamente conectaba con el espíritu bondadoso de ese hombretón de aspecto contrahecho.
Se tomaron de la mano y emprendieron juntos un paseo al lado del río, al adentrarse en el bosque la mirada de la niña se fue trasformando en pícara y seductora, su andar sensual desconcertó momentáneamente al hombre que sin dar mayor concesión a la incertidumbre se abalanzo sobre ella quedando los dos inmersos en la lujuria momentánea.

                                                                        ©Ana Benítez Ruiz


                                                               

miércoles, 22 de abril de 2015

Little terror Stories, Tiempos modernos por Mar González Alberto



TIEMPOS MODERNOS

Desde que había salido del armario la familia lo tenía condenado al ostracismo. Los había deshonrado a todos rechazando la sangre que los mantenía con vida eterna, cambiándola por refrescos light o bebidas energéticas, según tuviera el bolsillo.
El esmoking de diseño, entallado hasta cortarle la respiración, era deplorable, pero la capa adornada con alas de mariposa, era para chillar y no precisamente de miedo.
Para rematar la ignominia familiar, se dedica a pavonearse por los platós de televisión, ¡No de cine! De televisión, contándole sus miserias a Jorge Javier y a toda su panda. De ahí ha salido con un contrato para el programa Transformers y Viceversa y otro para La isla de los malditos.

                                                                          ©Mar González Alberto
                                                         
                                                                           

martes, 21 de abril de 2015

WRITING WOMAN: El duelo, de Mari Ángeles Villarreal



«Inesperadamente, el señor Darcy le pidió que fuera su próxima pareja;
Elizabeth se quedó tan desconcertada que, sin saber lo que hacía, aceptó.»

EL DUELO

Te ha sorprendido distraída y con la guardia baja, logrando lanzarte una estocada en mitad del pecho. Ha sido un toque leve, sutil, que apenas sangra. Tú reponiéndote de la sorpresa respondes al ataque con ingenio y frialdad aparente, lanzando arremetidas que él frena con eficiencia y sin alardes. Giráis, avanzáis, retrocedéis, elegantes y bellos sin dejar de enfrentar la mirada, en una contradanza, que no por mil veces repetida ha dejado de ser perfecta en su ejecución. Todos os admiran y descubren sin esfuerzo algo que parecéis empecinados en ignorar,  la pasión  que se os desborda por los ojos. Os olvidáis de todo cuanto os rodea y guardáis silencio en el momento en el que os dais cuenta que este combate no lo va a ganar nadie. Cuando cesa la música, distantes os dedicáis una reverencia cortés y tomáis caminos opuestos, pero esa estrategia no os va a servir de nada porque ambos, heridos de gravedad, estáis irremediablemente condenados a amaros.

                                                                           
                                                                           ©María Ángeles Villarreal

  

WRITING WOMAN: Esmeralda, por Mar González




ESMERALDA

No me gusta nada cuando me mira así. Sé que está tramando algo. Su mirada fija en mí muestra que le gusto. Su ruda mano, antes tan delicada roza su barbilla mientras reflexiona qué es lo que puede hacer conmigo. Se mueve a mí alrededor simulando pasos de baile, quizás recordando otros tiempos, cuando iba de fiesta en fiesta y pasaba de unos brazos a los otros disfrutando de los enfados que provocaba por ello.
Se para delante del gran ventanal y me vuelve a observar ésta vez en los sucios cristales. Da vueltas sobre sí misma y se queda a mi izquierda. Cuando una sonrisa gatuna asoma a sus ojos es cuando empiezo a temblar y mientras acaricia mi terciopelo verde me arranca de un brusco tirón gritando al mismo tiempo:
 Mami ayúdame, tenemos que hacer un vestido.

                                                                    ©MAR GONZÁLEZ ALBERTO  



                                                                         

Little Terror Stories, El Actor, Ana Guzmán

                                        (Imagen de Internet)


-¿Y dice que es actor, con ese físico?
-Verá usted. Al principio resultaba abominable a los ojos del gentío. Con esta cabeza cuadrada, los tornillos del cuello, las costuras y estos andares, que tampoco ayudan. Cierto que mi físico es diferente y que mis hechuras dificultan el movimiento de este cuerpo, pero amigo mío, no todo iban a ser desventajas. Estando un día de cara a la pared en unos baños públicos, un caballero me observó con descaro. Le dije que dejase de mirar mi pajarito. -Pues parece una anaconda - respondió. Era director de películas eróticas gays y me propuso una prueba. Imagínese qué diría mi madre, si la tuviese, pero como no la tengo acepté.  Y aquí estoy.
-Si usted lo dice…
-¿No me cree? ¿Quiere verlo?
-¡No por Dios! Acabo de cenar
-Pues si quiere le gimo, que eso también es importante para este género.
-Ande, ande…

                                                                                              © Ana Guzmán
                                      
                                                                                          

lunes, 20 de abril de 2015

WRITING WOMAN: Lazos carnales, Loli Pérez






                                      Lazos carnales


Férula se mantenía siempre ocupada para no pensar. No pensar en el desastre  que era su vida. Cuando Clara la abrazó aquel primer día y le dijo: seremos como hermanas, siempre estaremos juntas. Se sintió amada, ufana, radiante y bienaventurada. Temía del carácter brusco y posesivo de su hermano. Era consciente de que tendría que partir en cuando él descubriera el nexo secreto que las unía. Fue cautelosa y reservada, pero no lo suficiente. Él  las descubrió durmiendo juntas. Aquella noche la expulsó de su vida, de su casa, de la ventura y la fortuna de las que había gozado hasta entonces.  Partió en silencio, triste, amarga y avergonzada. No temía por la soledad que la acechaba, ni por la miseria, tan solo la atormentaba la certeza de no poder estar a su lado. No poder despedirse de ella en su último día. Clara presintió su muerte y atrajo el espíritu de Férula hasta la sala de su casa. Allí rodeada de la familia le brindó la más tierna despedida. Después maldijo a su marido y le espetó: vístete, tu hermana ha muerto.

                                                                                      ©Loli Pérez

                                                                         


Con motivo del MaF (Málaga en festival) previo al festival de Cine, ha habido infinidad de eventos y actividades desde mediados de Marzo,  hasta el 16 abril. El grupo de escritoras Costureras de letras del Puerto de la Torre me invitó a participar con ellas en la lectura de micros  inspirados en novelas escritas por mujeres y llevadas al cine. Escribí sobre este fotograma de la película homónima de la novela de Isabel Allende, La casa de los espíritus. De esta novela guardo un especial recuerdo, ya que de después de años sin poder leer, volví a retomar la lectura gracias a ella.



Durante los próximos días voy a ir publicando los micros que hemos leído en el orden que me los envíen las compañeras de esta aventura literaria.