sábado, 12 de mayo de 2012

El viejo que leía cartas de amor, Luis Sepúlveda




He leído esta novela por recomendación de mi hijo.  Ante su insistencia no  he podido resistirme.  Ha sido un viaje increíble por la selva amazónica, llena de imágenes y de una emocionante historia.

El protagonista, Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios Shuar; con ellos aprendió a conocer la selva y a respetar a los animales y a los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo.
Un día, con  motivo de unas votaciones, recuerda que sabía leer y desde ese momento,  siente la imperiosa necesidad de leer.  Se va a la ciudad el Dorado, dónde la maestra le va enseñando desde los libros de aritmética, historia, hasta que descubrió lo que quería leer: historias de amor, de las de verdad, de ese amor que duele mucho.
 Dos veces al año el dentista Rubicundo  le lleva dos libros elegidos por una buena amiga suya que el viejo lee una y otra vez en la soledad de su cabaña. Con la lectura se aleja de la estupidez de esos forasteros que creen dominar la selva porque van armados pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida: de eso se ocupará el viejo Bolivar Proaño.

Un fragmento:
―¿Cómo son los libros de amor?
―De eso me temo que no puedo hablarte. No he leído más de un par.
―No importa. ¿Cómo son?
―Bueno, cuentan la historia de dos personas que se conocen, se aman y luchan por vencer las dificultades que les impiden ser felices.
El llamado del Sucre anunció el momento de zarpar y no se atrevió a pedirle al cura que le dejase el libro. Lo que sí le dejó, a cambio, fueron mayores deseos de leer.




sábado, 5 de mayo de 2012

Mi planta de naranja lima, José Mauro de Vasconcelos




Mi planta naranja lima de J.M de Vasconcelos
Traducción de Carlos Manzano
Editorial: Libros Asteroide

Mi planta de naranja lima de José Mauro de Vasconcelos. ¿Qué tiene de especial?
La suerte es que la leí en mi casa y no en el autobús, ni en un banco del parque. La cosa es que terminé con los ojos llenos de lágrimas, tanto de  reír  con sus travesuras, como de llorar por las consecuencias que tenían para el pequeño protagonista Zezé.

‘Mi planta de naranja lima’ nos lleva hasta el Brasil de finales de los años sesenta. Allí nos encontramos con Zezé, un niño de cinco años, que nos narra en primera persona sus peripecias. Es muy precoz y un poco trasto, sueña con ser poeta, llevar corbata de lazo y conducir el coche más bonito del barrio. Sin embargo, Zezé es pobre, y no es fácil para él siendo un niño tan inteligente, sensible y locuaz. De este modo, se refugia en Minguinho, un pequeño árbol de naranja lima con el que habla y juega,  al que le cuenta todos sus secretos. Una emotiva historia sobre un niño que se ve obligado a madurar precozmente y que nos llegará al corazón.

Con un lenguaje sencillo y creíble nos introduce en la terrible y tierna niñez de un niño pobre, sensible e inteligente del barrio carioca de Bangú. Nos muestra como descubre la ternura y el cariño a través de su profesora, a la que le regala una flor  y de un enemigo que se vuelve su persona más querida. Como se refugia en su hermana Gloria y  adora a su pequeño hermano Luis.

Gracias al club de lectura del CAL estoy descubriendo  libros que no suelen ser muy conocidos aquí mientras en otros países son grandes clásicos, es una buena forma  de acercarse y conocer  otras culturas.  Este es un clásico de las letras brasileñas que se reedita en España gracias a Libros del Asteroide, mi agradecimiento también para ellos por ofrecernos esta joya de libro.