martes, 16 de febrero de 2010

Catarsis (1ª parte)



"Catarsis"

Me llamo Sara y tengo treinta y un años y mucho miedo de que me vuelva a suceder, otra vez. Desde la mañana que me desmayé en el centro comercial, cuándo sentí como si yo fuera un ordenador y alguien desconectase mi pantalla de un tirón seco, y mi mente se apagó sin darme tiempo a nada.

No puedo discernir cuanto tiempo estuve inconsciente, pero sí lo que me hizo volver a la consciencia, una voz varonil que me zarandeaba y me decía que despertara. Abrí los ojos y me encontré en el centro de un corro de curiosos que me observaban. Entonces sentí el nerviosismo que de un tiempo a esta parte no logro dominar, que me sube por el estómago hacia arriba como una araña negra, de patas peludas, tejiendo a su paso una tela de hilos invisibles, hexagonales y muy espesa, que envolvía mi pecho, que absorbía mi oxígeno.

―¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo? ―me preguntó el hombre de unos cuarenta años, de frente amplia, pero atractivo.
Lo mire y me incorporé lentamente, tocándome la cabeza, sin poder despegar la vista de aquellos ojos, color mar.
―Estoy bien, solo necesito ir a mi casa ―respondí con un hilo de voz, cogida de la mano ancha y fuerte que me tendía.
―Deje que la acompañe, no vaya a ser que se desmaye de nuevo por el camino ―sugirió el hombre, con tono preocupado.

Y lo miré de nuevo sin soltarme de su mano ―no quisiera ser una molestia para usted, además… si tiene prisa… creo que me las arreglaré bien para llegar sola ―antes de haber terminado de pronunciar esas palabras ya me había arrepentido, lo que hizo que me mordiera el labio inferior con demasiada fuerza, de manera instintiva.

―No se preocupe, no me espera nadie, estoy encantado de poder ayudarla ― me dijo en tono amable, esbozando una sonrisa seductora.
―Está a unos quince minutos, la verdad es que se lo agradezco, hoy no las tengo todas conmigo ―afirmé, mientras me incorporaba sin soltarme de la mano de él.

Y empezamos a caminar despacio hacia mi casa. Me sentía bien al lado de aquel desconocido, al que por alguna extaña razón, no me atrevía a preguntar el nombre. Sea como fuere no quería soltarme de aquel brazo fuerte que me sujetaba firme y con delicadeza a la vez. No quería llegar a mi casa y que él se marchara. No sabía cómo hacer, era la primera vez que me pasaba algo así, sentirme tan atraída por alguien y que éste me mirase de aquella manera.

Llegamos a casa y lo invité a entrar y tomar algo, no sabía bien qué hacer pero lo había visto tantas veces en las películas que pensé que podía funcionar. Él aceptó complacido. Tomamos un whisky, dos, tres... Empezamos a hablar de cosas triviales. Puse un CD de Maná y empezamos a bailar, mareados un poco por el efecto del alcohol. No puedo explicarme cómo empezó todo, pero me vi envuelta en sus brazos, en sus caricias, recorrida por sus labios con una avidez imparable. Con dedos ágiles, él me desabrochó la blusa, el sujetador, me despojó de la falda, del tanga… hicimos el amor con una pasión que yo ya no creí poder sentir de nuevo. Cuando desperté, él ya se había marchado, y había dejado una tarjeta con un número encima de la mesita.

Entonces me fui para la ducha y empecé a recapitular sobre lo ocurrido en los últimos meses, mientras el agua caliente me resbalaba por la nuca, por los glúteos y borraba todas las caricias de aquel, al que olvidé preguntar el nombre.

Continuará...

©Loli Pérez 19-1-2010

8 comentarios:

  1. Loli querida:
    Prometo leerlo cuando cuente con más tiempo. De lo contrario, sería una falta de respeto comentarte cualquier cosa sin haberte leído, ¿no crees?

    Muchos besos.

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  2. INTERESANTE RELATO, LOLI, INTERESANTE.

    BIEN ESTRUCTURADO Y DESEANDO SABER LA SEGUNDA PARTE.

    BESOTES

    MIGUEL

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  3. Hola Loli,

    He dejado un enlace a tu blog en la web del club de lectura. En cuanto tenga un hueco, aunque sea virtual, prometo navegar por tus escritos.
    Saludos,
    Dani

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  4. Mantuviste la intriga durante todo el relato... Me encantó!!! Y estoy deseando leer la segunda parte!!!

    Ah, y aunque la prota se quedó sin saber su nombre, al menos sí se quedó con su número de teléfono. Y eso ya es mucho.

    Besazos

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  5. Hola Loli
    Me alegro que lo publiques en dos partes, mantiene la intriga y además está muy bien perfilada toda la presentación y desarrollada la situación. Esperamos la segunda.
    Un abrazo.

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  6. Estamos expectantes.

    Saludos blasianos.

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  7. Pedro Sanchez Negreira18 de febrero de 2010, 11:49

    Hmmmm, yo ya se como termina, y le recomiendo a los arribafirmantes que no dejen de leer la segunda parte ....

    Un abrazo

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  8. Lolí, es tuyo..me encantó, no sé, tiene eso de prohibido y de pasión , el redescubrirse.
    A veces, estamos en ese estado de inconciencia hasta que llega alguien y nos despierta.
    Excelente.

    Besotes

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