sábado, 17 de julio de 2010

Ángel Olgoso, Astrolabio



LA MUJER TRANSPARENTE

LA MUJER SE DESNUDA, unta de miel todo su cuerpo con minuciosidad, se revuelca a conciencia en un montón de trigo dispuesto en el pajar, recoge parsimoniosamente los granos pegados a su piel, uno por uno, y elabora con ellos una sabrosa torta que dará a comer al hombre cuando regrese. Con leña del horno arden también pasadas aflicciones y crueldades, se queman una vez más temores y egoísmos, las lágrimas estallan de nuevo entre chispas esparciendo un fragante aroma que perfuma la casa como si fuese incienso. Los ojos de la mujer, vigilantes y esperanzados, se dirigen a la entrada y su corazón late con una fuerza que parece ensanchar las puertas. Se ha soltado la cinta del pelo y ha adornado la mesa con flores en torno al pastel incitador. Cuando el hombre llega, pasa ante la mujer sin detenerse y sin mirarla, anunciando que viene comido.

2 comentarios:

  1. ¡Pues qué persona tan nefasta ese tipo!
    Ella tan dulce, se merece algo mucho mejor.

    Mucha luz, bella :D

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  2. Sabes que dejé algo que se relaciona con tu actualización y al leerlo, sentí que el relato es único, pero ese final es uno más...entre tantos.
    Todos necesitan de alguien que las ame o los ame, ¿por qué eso es tan dificil?

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