Había una vez un burro de feria que soñaba con ser caballo. Cuando los niños subían a su lomo para hacerse las fotos, movía las orejas y la cola. Un día pasó un mago y le concedió el deseo. Del conjuro surgió lo que es hoy, un mestizo entre dálmata y Rocinante. Eso sí, le dijo el mago que viviría por muchos años, con la única condición de estar siempre quieto.
Jejeje, ¡que bueno, Loli!
ResponderEliminarEl pobre no tenía culpa ninguna de la pobreza creativa del mago.
Un abrazo.
(deberías habernos colgado una foto contigo galopándolo y no así, que parece que ni los niños miran para él.)
Está claro, hay que tener cuidado con lo que se desea. :)
ResponderEliminarBesines loliwapa.
Ay, pobre burrito. Qué pena me dio, jaja.
ResponderEliminarMuchos besos, guapa.
Estoy con María, hay que tener cuidado con los deseos, que a veces se hacen realidad. Mañana, cuando vaya al Real, acariciaré su lomo y le susurraré algo al oído. Ahora conozco su historia.
ResponderEliminarBesitos y hasta mañana en el Plaza.
Isa
¡Pobrecito! como me lo han dejado, entre una cosa y otra, jajaja
ResponderEliminarBesitos a montones.
¡Pues a mi me gusta!!!!!!
ResponderEliminarJeje Loli, lo que no dijo el brujo es que quien montara en él perdería las piernas, e iría marcha atrás. ¿Cuándo trabajáis en Málaga?
ResponderEliminarYo creo que el burro en el fondo es feliz, muy quietecito pero dándoles una alegría a los niños.
ResponderEliminarMenos mal que has colocado estas fotos, sino no veo la feria este año, porque al ritmo que vamos no veo intenciones en esta casa de ir ni un ratito.
Besos Mª Paz
Cuidadito con lo se desea que...
ResponderEliminarBesotes
Miguel