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Esto es para que
puedas atender mejor a papá y traerlo a casa.
-
Pero, hijita, ¿de
dónde has sacado este dinero? ¿Veinticinco dólares? Supongo que no habrás
cometido ninguna locura…
-
No; obtuve
honradamente el dinero, vendiendo lo que me pertenecía.
Diciendo esto, se quitó el sombrero y un clamor general
se dejó oír al ver que traía cortada su abundante cabellera.
Mujercitas.
Louis M. Alcott
El sacrificio por los seres queridos, latente en la
anterior escena, inspiró el siguiente relato.
JULIA
Había pasado la noche
inquieta, la despertó el ruido de la lluvia golpeando las ventanas, aún faltaba
un buen rato para que el despertador sonase, no esperó, se levantó y se dirigió
a la cocina, mientras aguardaba que la cafetera comenzase a silbar, experimentó
el sentimiento de desamparo que la perseguía desde hacía tiempo.
Fuera,
el otoño comenzaba a dibujar sus primeros trazos. A Julia le gustaba que el
viento acariciase su cara, sus brazos, que jugase con su falda. Sentada,
esperando el autobús observaba el pequeño parque situado al otro lado de la
calle, en él los árboles iniciaban un idilio de ocres y marrones. La lluvia de
la noche anterior regresó sin previo aviso, aspiró el aire limpio, helado y
húmedo de la llovizna y deseó que al igual que las huellas se iban
desvaneciendo, también pudiera borrar
parte del pasado.
Al fin vio acercarse el
autobús, muy pronto estaría con su madre, inclinada sobre su cama o junto a
ella en el jardín, le repetiría una y otra vez, despierta mamá, te estoy
esperando. A pesar de su silencio, de su mirada perdida, de sentir a veces que
todo su esfuerzo era inútil, el amor hacia su madre le hacía desear cada día
que el reloj de su trabajo marcase las cinco, para acudir a verla, estar a su
lado y preguntarle cómo le había ido el día, a sabiendas de que no iba a
obtener respuesta alguna.
©Remedios
Ponce Gallego
Abril
2015
Cómo siempre es un placer leer tus relatos Remedios... Enhorabuena.
ResponderEliminarEn relato tierno-triste, con atmósfera muy bien creada, que nos habla del amor a la madre. Enhorabuena a la autora.
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