Túnel
ciego
¿Si eso fuese
posible? Cambiar a voluntad y al instante nuestra forma de ser e incluso
nuestro aspecto. Yo no me aburriría de mi misma y de mis pensamientos hasta el
hartazgo, cuestionándome una y otra
vez el sentido de la vida y el sentido de mi vida, sin encontrarlo.
Podría ser
por momentos vital, extrovertida, superficial y alegre con un aspecto juvenil,
ligero y despreocupado. A ratos me gustaría ser más intelectual y reflexiva, y así vivir a través de múltiples personalidades con sus correspondientes aspectos físicos
que me ayudarían a comprender las diversas formas de relacionarme con el
mundo y las personas.
Así evitaría mi particular y sesgada visión que
por falta de perspectiva me avoca al suicidio inexorablemente.
No es lo
que me haya ocurrido es como lo veo con mi visión de túnel, es la claustrofobia intelectual que me
gobierna por la dictadura de la educación recibida.
©Ana Benítez Ruíz
(Mi relato se basa en la obra de Virginia Wolf. “La Señora Dalloway” que ha sido llevada al
cine en dos ocasiones: la primera en 1997 con ese mismo título y que dirigió
Marleen Gorris y la segunda en 2002 con el título “las horas” dirigida por
Stephen Daldry.)
Intenso el dolor de las mujeres que piensan. Felicidades¡¡¡¡
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